Cuello largo, piernas largas, posición erguida.
Foto: cortesía del BEC
Si crees que el ballet es una disciplina muy estricta que requiere varias horas de repaso y duras rutinas de entrenamiento físico, no estás muy lejos de la realidad. La danza es un arte que exige mucha preparación, pero los resultados son lo más gratificante para los bailarines, sobre todo cuando llega la hora de poner en escena el fruto de su arduo trabajo.
Cada vez que asistes a una presentación, ya sea de ballet clásico o contemporáneo, habrás notado que las bailarinas y bailarines poseen una figura espléndida y proyectan elegancia con cada uno de sus movimientos. Estas características no se logran en cuestión de meses, es algo que se obtiene tras años de agotadores ensayos frente al espejo, esperando alcanzar la postura perfecta. Generalmente, la edad apropiada para iniciarse en esta profesión es a los 8 ó 9 años.
Cuando los alumnos ingresan a los talleres de danza, se les realiza exámenes físicos para determinar su elasticidad, flexibilidad y ritmo. Sin embargo, estos aspectos van evolucionando y perfeccionándose durante la preparación en las clases.
En cuanto a la figura, el ejercicio del ballet va moldeando un cuerpo erguido y delgado. Si consideras que tu cuerpo no concuerda con estas exigencias, no debes desanimarte pues muchos bailarines han ido moldeando su figura estética durante la etapa de desarrollo (adolescencia).
Habrás escuchado, en repetidas ocasiones, que uno nunca termina de aprender. Si bien es cierto los médicos, arquitectos y demás profesionales se actualizan constantemente para cumplir con la demanda de sus clientes; con los bailarines profesionales sucede lo mismo.
Cada día deben repasar sus rutinas y experimentar con la creatividad, también, muchos optan por complementar las clases de baile con pilates (entrenamiento físico que prioriza el uso de la mente para controlar el cuerpo) u otros ejercicios que ayuden a desarrollar su nivel corporal y artístico.
Como se mencionó al inicio, el ballet es una carrera que requiere una exhausta preparación física, pero los beneficios son más. Entre ellos se puede mencionar que mejora la motricidad, brinda una buena salud, mantiene el físico, combate el estrés, y; uno de los más importantes, brinda un mayor nivel de cultura para apreciar el verdadero arte.
Cada vez que asistes a una presentación, ya sea de ballet clásico o contemporáneo, habrás notado que las bailarinas y bailarines poseen una figura espléndida y proyectan elegancia con cada uno de sus movimientos. Estas características no se logran en cuestión de meses, es algo que se obtiene tras años de agotadores ensayos frente al espejo, esperando alcanzar la postura perfecta. Generalmente, la edad apropiada para iniciarse en esta profesión es a los 8 ó 9 años.
Cuando los alumnos ingresan a los talleres de danza, se les realiza exámenes físicos para determinar su elasticidad, flexibilidad y ritmo. Sin embargo, estos aspectos van evolucionando y perfeccionándose durante la preparación en las clases.
En cuanto a la figura, el ejercicio del ballet va moldeando un cuerpo erguido y delgado. Si consideras que tu cuerpo no concuerda con estas exigencias, no debes desanimarte pues muchos bailarines han ido moldeando su figura estética durante la etapa de desarrollo (adolescencia).
Habrás escuchado, en repetidas ocasiones, que uno nunca termina de aprender. Si bien es cierto los médicos, arquitectos y demás profesionales se actualizan constantemente para cumplir con la demanda de sus clientes; con los bailarines profesionales sucede lo mismo.
Cada día deben repasar sus rutinas y experimentar con la creatividad, también, muchos optan por complementar las clases de baile con pilates (entrenamiento físico que prioriza el uso de la mente para controlar el cuerpo) u otros ejercicios que ayuden a desarrollar su nivel corporal y artístico.
Como se mencionó al inicio, el ballet es una carrera que requiere una exhausta preparación física, pero los beneficios son más. Entre ellos se puede mencionar que mejora la motricidad, brinda una buena salud, mantiene el físico, combate el estrés, y; uno de los más importantes, brinda un mayor nivel de cultura para apreciar el verdadero arte.
¿El ballet es sólo para mujeres?
El cubano Eddy Borges López (34 años) trabaja como bailarín profesional del Ballet Ecuatoriano de Cámara. También es Coordinador Académico de la Metrodanza.
Algunos hombres creen que ser bailarín profesional implica ser afeminado, por tanto, acreditan el arte de la danza únicamente a las mujeres.
Eddy Borges, bailarín profesional, afrontó una situación similar cuando era un niño.
A los nueve años no puedo estudiar danza por los comentarios de su padre, de todos modos, participó en algunas presentaciones de danza folclórica y moderna en su natal Cuba.
Con el apoyo incondicional de su madre empezó a estudiar ballet a los 17, su pasión y dedicación por el baile lo convirtió en un profesional a sus 21 años.
Para Eddy, es una lástima que en los grupos de niños apenas hay tres ó cuatro alumnos varones, lo cual implica que esta mentalidad no ha cambiado aún. Pero en el caso de jóvenes entre los 16 y 18 años, hay alrededor de 15 estudiantes, lo que podría significar un escenario más amplio para los hombres que se sienten atraídos por este arte y no se cohíban ante el qué dirán de la sociedad.
Tanto hombres como mujeres poseen talento para esta profesión, la dedicación y esfuerzo que entregan es equitativo. Basta con apreciar las obras que desarrollan y los personajes que encarnan para comprender que el ballet es un lenguaje corporal que expresa pasión y sacrifico por parte de ambos géneros.
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