Interpretación de los personajes de Blanca Nieves y los siete enanitos.
Foto: Cortesía Ballet Ecuatoriano de Cámara
Todo el elenco de la obra en el cuadro final.
Con impecables movimientos, Blanca Nieves entra en escena. Su sincronización, elegancia y habilidad muestra la preparación de su personaje. Tamara Mudaira representa a la dulce Blanca Nieves, una niña ingenua y soñadora atraída por la naturaleza y por un mundo desconocido.
La lucha constante entre el bien y el mal se ven reflejadas en la obra. La malvada bruja busca la perfección de una belleza aclamada por un espejo mágico, sin embargo, descubre que una niña ocupa ese lugar dentro del reino, como la mujer más hermosa. Desde entonces comienza a despertar una envidia incontrolable y la malicia se expresa en cada gesto y movimiento de la bruja.
La obra conjuga sentimientos de alegría, temor y tristeza. La búsqueda de un mejor lugar para vivir lleva a Blanca Nieves a adentrarse en un pequeño mundo lleno de magia y nuevas experiencias. Su encuentro con siete enanitos, cada uno con diferentes personalidades, le lleva a compartir traviesas vivencias que hacen de éste cuento un momento eterno de felicidad.
Amistad, confianza y dulzura son las enseñanzas que esta historia les deja a cientos de niños que acuden ansiosamente a verla.
La música y la vestimenta dan un toque glamoroso a esta fábula. Los trajes coloridos y entallados de cada bailarín revelan en cada movimiento la perfección de este arte.
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