Foto: Cortesía del Ballet Ecuatoriano de Cámara.
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Cada 29 de abril, las instituciones culturales, compañías, escuelas de danza y personas de todo el mundo son invitadas a organizar diversas actividades para celebrar la danza y su universalidad.
Los bailarines danzan para celebrar la paz, danzan para exorcizar la guerra, danzan para inundar de alegría los espacios, porque la danza es una revolución por la que vale la pena luchar…
Así lo demostró Jean Jacques Noverre (1727 - 1810), revolucionario coreógrafo francés, quien persiguió en sus obras ese carácter “natural y expresivo más que técnico y virtuoso” de la danza.
Se trató de un bailarín de renombre mundial, que poseía una cultura general y amplia, que incluía el estudio de la poesía, la historia, la pintura, la música y la anatomía a cada uno de sus movimientos.
En el día de su nacimiento, el 29 de abril, el Consejo Internacional de la Danza (CID) instituyó en su honor, el Día Internacional de la Danza en 1982.
Desde entonces, cada 29 de abril, las instituciones culturales, compañías, escuelas de danza y personas de todo el mundo son invitadas a organizar diversas actividades para celebrar la danza y su universalidad.
Entre manifestaciones, festejos, espectáculos especiales, cursos, muestras públicas, shows en las calles, exhibiciones y visitas a teatros, se conmemora un arte que mantiene vivas todas las pequeñas cosas con las que se construye la grandeza de la sociedad, de la época, de la naturaleza, de la vida.
Así, en todos los países, los afanes creativos de quienes pretenden reunir a todos los géneros dancísticos se concentra en un lenguaje común: la danza, que aparece como una voz universal que forma parte de la historia de la humanidad desde el principio de los tiempos.
Rubén Guarderas, reconocido como uno de los fundadores de la danza ecuatoriana, a través del Ballet Ecuatoriano de Cámara, creado en 1980, es una de esas mentes artísticas y creativas que aporta significativamente al desenvolvimiento de este festejo.
Este año, bajo el lema “Revitalizando lo social a través de la danza", el Ballet Ecuatoriano de Cámara, al ser una de las instituciones organizadoras, integró al Ballet Quitus, Danzando Tierra, Danzamérica, Saryumanda, Grupo Jegal y Metrodanza, para sumar esfuerzos y voluntades, este 29 y 30 de Abril, en el barrio La Ronda y así demostrar a su público la riqueza de las expresiones dancísticas existentes en el Ecuador.
La integración de artistas con una visión muy amplia, que genera consciencia a través de un instrumento sensible, generoso y con una riqueza cultural impresionante, convirtieron las calles, plazas, parques y teatros del sector, en un dechado de esplendor visual.
La gente atraída por la música se acerca y admira con alegría, esa pasión y esa identidad impregnada con que se desenvuelven cada uno de los bailarines.
Es la oportunidad para que esa energía contagiante inunde los espacios de inmediato. El ambiente que se presencia va mucho más lejos de lo que los ojos pueden divisar y comprender, no son solo movimientos corporales, implica ese sentir y ese transmitir tan intrínseco que aflora de cada personaje.
Y es que para la realización de aquella majestuosa fiesta se requiere de mucha preparación, no solamente física, también demanda como mínimo la dedicación de 13 horas diarias para su desarrollo mental, espiritual y expresivo. Por eso es que se dice que para un bailarín, “el día de la danza son todos los días”.
Año tras año los distintos grupos de danza lucen “shows” cada vez más novedosos, impactantes y creativos. Para los ojos que los miran, los oídos que los escuchan y las manos que los aplauden éstas obras son una verdadera incertidumbre. Tanto las técnicas, expresiones y emociones de los bailarines, como las temáticas variadas que son presentadas así como van cambiando, se van perfeccionando.
“El día de la danza es un evento que cada año atrae más la atención del público. Es admirable ver el placer con el que bailan, como canalizan la música con el cuerpo”, fue lo que dijo Marcelo Quiñonez, uno de los espectadores que evidenció el éxito de esta celebración.
Es un día que vale la pena conquistar. Para Klever Viera, Coreógrafo del Ballet Ecuatoriano de Cámara, tras 20 años ejerciendo como bailarín, la danza es un instrumento de los más adecuados para celebrar el espíritu, a la mujer, al hombre, a la vida, al cuerpo y a la consciencia de este oficio. Considera que esta es una fecha para que “los maestros de la danza demuestren que su trabajo y preparación va mucho más allá de un calendario convencional”. Para Viera, se trata de “un festejo íntimo que evoca la historia y sus raíces, más no un homenaje superficial”.
Así se reconoce cómo el 29 de abril, “Ellos danzan porque se entienda que es un arte para todos, no solamente para los profesionales”, dijo.
La ciudad de Quito, es una de las capitales que por su historia, y por los triunfos alcanzados en este oficio, se une cada año a esta celebración.
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