Un nuevo "Amanecer"

Un nuevo "Amanecer"
Foto: Cortesía Ballet Ecuatoriano de Cámara.

lunes, 7 de junio de 2010

DANZAN SOBRE EL CEMENTO




Por Karla Ayora

Es difícil creer que, una mirada pueda inspirar a una persona a dedicar toda su vida a una carrera con tanta pasión como lo hacen los bailarines de danza. “saber que a la gente le gusta y disfruta lo que hago me motiva cada día a ser mejor”, dice la baletista Juliana Santa María.

Es distinto cuando las obras de danza se presentan en la calle o lugares alternativos, porque lo único que separa al público de los bailarines es una delgada línea que está determinada por unos faros de luz destellante que iluminan el rostro de los protagonistas para no perder el drama en la interpretación.

Dentro de un escenario no existe tanta presión como estar en un lugar alternativo, dice Juliana Santa María. En un teatro los bailarines están en una tarima muy alta, lejos del público, esto da la oportunidad a que se puedan dar un respiro o cambiar su vestuario, pero no quiere decir que sea fácil.

Paúl Rey tiene alrededor de 12 años de carrera profesional y se ha presentado en muchas ocasiones en la calle y cuenta que son experiencias únicas, “una mirada, una expresión o un gesto es más fácil de percibir cuando estoy bailando para un grupo reducido de personas, lo que me produce más emoción y pongo más potencia en el baile”.

Estigmas, es el nombre de la última interpretación que Salomé Cisneros danzó en la calle, la noche acompañó a la función, junto con una leve llovizna que ayudó a contextualizar la obra, en una de las escenas un compañero golpeó su rodilla, pero ella se levantó y sin ningún gesto continuó con el baile.

“La adrenalina produce que ese momento simplemente no sientas dolor, lo único que deseas es ver disfrutar a la gente de la coreografía”. Cuando terminó la obra, Salomé se dio cuenta que su rodilla tomó una coloración morada por el golpe, pero sólo se puso un pantalón para disimular la hinchazón, tomó sus cosas y se marchó con sus compañeros.

Estas son circunstancias cotidianas para los bailarines y a pesar de que, en los ensayos les enseñan cómo manejar movimientos bruscos, como una caída o una cargada, no están exentos a sufrir este tipo de accidentes y, es más doloroso aún cuando danzan sobre el cemento que cuando caen sobre una pista de danza.

Para Paulo Uribe, alumno del BEC, lo más interesante de bailar en un lugar alternativo es que no es necesario convocar a la gente para que asista a la obra, sino que, el público que realmente aprecia este arte se queda por su voluntad y nos transmite sus emociones con una mirada o un comentario de felicitación.

Es una opinión general cuando los bailarines dicen que, la danza en la calle es más humana, complicada, libre e informal y además es satisfactorio que actualmente exista un público, aunque sea reducido, que lo hace posible.


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